Cómo limpiar tus alpargatas
La primera regla y más importante es no mojar nunca la suela de esparto pues este material tiende a endurecerse y se estropea, además de desprender mal olor y terminar por deshacerse, si se moja. Por tanto, es necesario que evitemos el contacto directo con el agua. Si por alguna circunstancia se mojara la suela de esparto, hay que secarla al sol inmediatamente. Si está nublado o hay mucha humedad, podemos espolvorear bicarbonato por toda la suela para conseguir que absorba esta humedad. Además, es necesario que cepillemos el bicarbonato sobrante suavemente.

2. Antes de estrenarlas o cuando estén bien limpias, podemos utilizar los sprays protectores de ante o serraje (también se pueden usar para las de tela) y así protegerlas de futuras manchas, ya que que nos ayudarán a que esas manchas no penetren tanto y que la limpieza sea más efectiva y rápida. Se procede, rociando bien toda la parte superior de la alpargata (como viene indicado en las instrucciones del spray protector) y dejando secar a la sombra.

3. Para empezar la limpieza de las alpargatas usadas, cepillar bien el exterior con un cepillo suave para eliminar todo el polvo. La parte de la suela, si tiene tierra o arena, podemos limpiarla con un cepillo un poco más duro.

4. Para limpiar las manchas de grasa o comida, de nuestras alpargatas de esparto, lo mejor es poner un poco de polvos de talco y dejarlo actuar un rato largo (unas 2 horas mínimo) para que absorba la grasa. Después cepillar para eliminar el talco y la suciedad se irá con el cepillado.

5. Para las tradicionales alpargatas de tela, sin manchas difíciles, mejor es mezclar un poco de agua con jabón neutro, o con un poco de amoniaco (si la mancha se resiste). Humedecer una esponja o trapo en esta mezcla y pasarlo suavemente por la tela de las alpargatas, sin empaparlas y con cuidado de no mojar la suela. Luego pasar un trapo humedecido sólo con agua, para aclarar, y dejar secar a la sombra. También podemos limpiar así el interior.

6. Y para secarlas, podemos meter papeles de periódico doblados y arrugados, en el interior, éstos absorberán la humedad y evitarán que se deformen. Mejor a la sombra, no al sol, porque se puede “comer” el color.

Limpieza a fondo
Si tus alpargatas han visto ya muchos caminos, lo mejor es darles un descanso y mimarlas como merecen. En este sentido, lo mejor es realizar un buen cepillado exterior “con un cepillo suave para eliminar el polvo”, aconsejan desde la marca, y añaden que para la parte de la suela podemos emplear un cepillo un poco más duro, sobre todo si tienen arena o tierra.

La parte de la tela, siempre y cuando no presente manchas difíciles, se puede limpiar simplemente con un poco de agua con jabón neutro. “Hay que humedecer una esponja o trapo en esta mezcla y pasarlo suavemente por la tela de las alpargatas, sin empaparlas y con cuidado de no mojar la suela. Luego, pasar un trapo humedecido sólo con agua, para aclarar, y dejar secar a la sombra. También podemos limpiar así el interior”, nos cuentan.

Pero, ¿y si hay manchas marcadas? En ese caso, si se trata de manchas de grasa o de comida “lo mejor es poner un poco de polvos de talco y dejar actuar unas 2 horas mínimo, para que absorba. Después, cepillar para eliminar el talco y la suciedad desaparecerá”, sentencian.

By Tania

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