A la hora de practicar deporte, la mayoría de las personas necesitan utilizar calzado deportivo, especialmente deportes físicos de alta intensidad.
Hace medio millón de años, el ser humano era capaz de caminar y correr de pie, pero no fue hasta hace unos 50.000 años cuando supo utilizar pieles de animales para confeccionar algunas prendas sencillas y calzado.
El hombre primitivo se envolvía los pies con hojas, cortezas e incluso pieles de animales cuando perseguía animales salvajes, lo que constituyó el primer prototipo de calzado.
Estas cubiertas se deshacían a menudo al correr, por lo que el hombre aprendió poco a poco a atarlas de forma más segura. Más tarde, cortaron un trozo de piel de animal fresca para envolverse los pies, y la piel de animal envuelta se hacía cada vez más dura, llegando incluso a abrasionar y cortar los pies.
A continuación, los humanos utilizaron herramientas de mano hechas de piedra o hueso de animal para manipular la piel de animal un poco más blanda, o cambiaron a materiales más blandos.
También descubrieron que la corteza, las pieles de animales e incluso otras sustancias unidas a las plantas de los pies tenían menos probabilidades de deshacerse o pincharse si se les daba una forma parecida a la planta de los pies y luego se unían a las plantas de los pies.
La forma similar a la planta del pie se conoció más tarde como suela, y el material de unión evolucionó gradualmente hasta convertirse en la parte superior. En aquella época, el calzado se utilizaba en deportes más intensos, como los combates intertribales, para aprovechar la oportunidad de luchar, o para escapar del otro bando, se ataba la corteza de los árboles, ratán, pieles de animales u otras hierbas bajo las patas de los pies para cubrirlas y poder correr más rápido.
Estos zapatos, que se usaban en la producción, el combate o incluso para huir de desastres naturales o ataques de animales salvajes, se consideran los primeros deportivos hombre más rudimentarios de la humanidad.
Las deportivas hombre clásicas tienen su origen en los antiguos mensajeros que debían correr largas distancias. En aquella época, los mensajeros corrían para transmitir órdenes en el campo de batalla. Con el fin de seleccionar mensajeros que pudieran correr rápido, nacieron los juegos antiguos.
Los Juegos Olímpicos más representativos comenzaron en el año 776 a.C. en la villa griega de Olimpia, con la carrera como prueba principal, pero más tarde se añadieron a la lista de deportes la esgrima, las justas, el tiro con arco y el boxeo.
Para obtener los mejores resultados, los atletas pasaron gradualmente de correr sin zapatillas a correr con zapatillas. De este modo, el calzado para correr se fue desarrollando gradualmente. Más tarde, el número de artículos deportivos y de entretenimiento fue aumentando, y empezaron a aparecer algunas zapatillas especiales.
En aquella época, las portivas hombre especializadas se caracterizaban por el hecho de que los atletas sólo podían llevar portivas hombre con suela de cuero (parecidas a los zapatos Oxford, pero también una especie de suelas de goma-plástico llamadas suelas Oxford) en los partidos de fútbol, rugby y cricket.
Para que las suelas sean antideslizantes, suelen llevar tacos o levas en la parte inferior. Estas portivas hombre, que sólo tenían las funciones individuales requeridas para el deporte, marcaron la aparición de las portivas hombre clásicas.