En ocasiones, puede que no tengamos a mano un neceser real y debamos improvisar uno con los recursos disponibles.

A continuación, se presentan algunos puntos sobre las veces en las que se ha utilizado un neceser improvisado en lugar de uno real:

  1. Bolsas de plástico: En situaciones de emergencia o cuando no tenemos un neceser a mano, las bolsas de plástico pueden funcionar como un improvisado neceser. Podemos colocar nuestros productos de cuidado personal en una bolsa de cierre hermético para mantenerlos organizados y evitar que se derramen en nuestra maleta o bolso.
  2. Estuches de lápices o estuches escolares: En ocasiones, hemos utilizado estuches de lápices o estuches escolares para guardar nuestros productos de cuidado personal. Estos estuches suelen tener compartimentos y cierres que nos permiten mantener nuestros productos organizados y protegidos durante nuestros viajes o actividades.
  3. Bolsas de tela o neceseres de tela reutilizables: Si no tenemos un neceser real a mano, podemos utilizar bolsas de tela o neceseres de tela reutilizables como alternativa. Estas bolsas suelen ser lo suficientemente espaciosas para guardar nuestros productos esenciales y son fáciles de transportar.
  4. Envases pequeños: En situaciones en las que no tenemos un neceser real, podemos utilizar envases pequeños, como frascos o recipientes vacíos, para almacenar nuestros productos de cuidado personal. Podemos transferir una cantidad suficiente de cada producto a estos envases y llevarlos en una bolsa o estuche improvisado.
  5. Bolsas de plástico con cierre ziploc: Las bolsas de plástico con cierre ziploc también pueden funcionar como un neceser improvisado. Podemos colocar nuestros productos de cuidado personal en estas bolsas para mantenerlos organizados y evitar que se derramen.
  6. Bolsillos de la ropa o del equipaje: En algunas situaciones, hemos utilizado los bolsillos de nuestra ropa o del equipaje como un improvisado neceser. Esto nos permite llevar algunos productos esenciales sin tener que buscar una alternativa específica.
  7. Necesidad de improvisar:

    A veces, nos encontramos en situaciones inesperadas donde no tenemos más opción que improvisar un neceser. En estas circunstancias, es necesario utilizar nuestra creatividad y aprovechar los recursos disponibles para encontrar una solución temporal.

    Improvisar un neceser puede requerir pensar fuera de lo común y utilizar objetos cotidianos que nos rodean. Por ejemplo, si necesitamos un contenedor para nuestros productos de cuidado personal, podríamos utilizar una bolsa de plástico con cierre hermético. Esta bolsa nos permitirá mantener los productos organizados y evitar derrames.

    En lugar de tener compartimentos internos, podríamos utilizar bolsas de plástico más pequeñas para separar los diferentes productos. Podemos agrupar los productos de cuidado facial en una bolsa, los productos de higiene bucal en otra y así sucesivamente. Esta improvisación nos ayudará a mantener los productos ordenados y fáciles de encontrar.

    Si no tenemos acceso a un neceser en absoluto, podemos utilizar una funda de almohada o una toalla enrollada para guardar nuestros productos. Simplemente enrollamos los productos en la tela y aseguramos los extremos con una banda elástica o un cordón. Esta improvisación puede ser útil cuando no tenemos otra opción.

    Es importante recordar que la improvisación es una solución temporal y que debemos buscar un neceser adecuado tan pronto como sea posible. Sin embargo, en situaciones inesperadas, la necesidad de improvisar puede surgir y es crucial utilizar nuestra creatividad y adaptabilidad para encontrar una solución práctica.

En conclusión, en situaciones en las que no tenemos un neceser real a mano, podemos improvisar utilizando bolsas de plástico, estuches de lápices, estuches escolares, bolsas de tela, envases pequeños, bolsas de plástico con cierre ziploc, bolsillos de la ropa o del equipaje, y cualquier recurso disponible.

By Tania

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