Las zapatillas de trekking para hombres son piezas fundamentales del equipo de cualquier amante de la naturaleza y el excursionismo. Su duración depende de varios factores, incluyendo la calidad de la construcción, el tipo de terreno por el que se camina, la frecuencia de uso y el cuidado adecuado. En promedio, una buena par de zapatillas de trekking puede durar entre 500 y 800 kilómetros (o alrededor de 6 a 12 meses para usuarios activos). Sin embargo, esta cifra es solo una guía general, ya que cada usuario tiene circunstancias únicas.

Reemplazar las zapatillas de trekking es crucial cuando:

  1. Desgaste del suela: La suela es la primera área en mostrar signos de desgaste. Si el patrón de agarre está casi desgastado o hay poco material de goma visible, especialmente en la parte delantera o en los laterales (áreas de mayor fricción), es hora de cambiarlas. Un desgaste excesivo aumenta el riesgo de resbalones y lesiones.
  2. Acolchado y amortiguación: Con el tiempo, la malla interior, la plantilla y la espuma utilizada para la amortiguación pierden su capacidad de absorber impactos. Si notas menos comodidad durante tus caminatas, o incluso dolores de pies o articulaciones después de un paseo, esto puede indicar que la amortiguación ya no es efectiva.
  3. Soporte estructural: El soporte de arco y el refuerzo de la zona del talón también pueden debilitarse con el uso prolongado. Si notas que la zapatilla ya no brinda el mismo apoyo que antes, o si la estructura parece deformarse o doblarse de manera inapropiada, es hora de buscar un reemplazo.
  4. Daños físicos: Si la zapatilla presenta abolladuras, roturas o desgarros en la parte superior o en la membrana impermeable (si la tiene), esto puede permitir la entrada de agua, polvo y rocas, afectando negativamente tu experiencia y confort durante la caminata.
  5. Cambios en el ajuste: A medida que las zapatillas se estiran con el uso, pueden perder su ajuste original y comenzar a soltarse o generar presión en puntos incorrectos. Si has ajustado correctamente las correas y aún así experimentas problemas de ajuste, puede ser hora de cambiarlas.
  6. Cambios en tus necesidades: A medida que evolucionas como excursionista y te enfrentas a caminatas más exigentes o terrenos diferentes, puede ser necesario cambiar tu calzado para adaptarlo a esas nuevas condiciones. Por ejemplo, si decides emprender rutas más montañosas o con mayor desnivel, podrías necesitar una zapatilla más robusta y con mejor agarre.
  7. Problemas de higiene y salud: Incluso si la zapatilla no presenta un desgaste evidente, acumular humedad interna o mal olor puede indicar que ya no retienen su capacidad de secado rápido y transpirabilidad. Esto puede aumentar el riesgo de infecciones en los pies y problemas de higiene, lo cual es otro factor para considerar un cambio.
  8. Prueba de agua: Si notas que la impermeabilidad de las zapatillas ha disminuido significativamente, incluso después de aplicar productos de mantenimiento, esto sugiere que es hora de buscar un modelo nuevo. La protección contra el agua es fundamental para mantener los pies secos y cómodos durante caminatas en condiciones climáticas adversas.

En conclusión, más allá de las millas recorridas o el tiempo transcurrido desde la compra, es fundamental supervisar constantemente el estado de tus zapatillas de trekking y reemplazarlas tan pronto como notes algún indicio de desgaste excesivo o disminución de rendimiento y confort. Mantener un registro de uso y realizar inspecciones periódicas puede ayudarte a determinar el momento óptimo para renovarlas.

By Tania

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